Conecta con tu cuerpo y tu mente a través del Yoga tradicional
El Hatha yoga es uno de los estilos más practicados en el mundo y probablemente el más extendido. En comparación con otros estilos más dinámicos, puede considerarse una práctica de yoga más pausada, aunque no por eso menos intensa. No obstante, suele ser una muy buena opción para los principiantes.
En sánscrito, ‘Hatha yoga’ hace referencia a la fuerza que busca el equilibrio de las polaridades que se hallan en nuestro interior. De hecho, ha significa sol y representa la energía más activa y tha, luna, que se vincula la relajación y al descanso. Ambas energías simbolizan esta dualidad de equilibrio entre energía solar y energía lunar, de la acción y la relajación. Energía que identificamos y equilibramos en nosotras mismas. Durante la práctica, también experimentamos este viaje ya que solemos iniciar las clases con Saludos al sol para calentar y activar el cuerpo y la finalizamos con Savasana, la relajación.
El Hatha yoga es una tipología indicada para todo el mundo, más aún tienes poca experiencia en la práctica de yoga o estás pensando dar tus primeros pasos en esta disciplina, ya que no requiere muchos conocimientos o experiencia previa. No quiere decir necesariamente que sea el tipo de yoga más fácil, pero el hecho de ser más pausado lo hace más asequible.
Las clases de Hatha yoga serán clases tranquilas. Por eso son perfectas para principiantes, porque se centran en un buen alineamiento del cuerpo y en el enfoque mental. Así, la profesora te puede explicar cada postura con detalle, guiándote a lo largo de la clase.
Si eres principiante, recuerda que siempre puedes adaptar la práctica a tus características físicas y mentales. Lo importante es que has dado el paso de estar ahí, no debes centrarte en alcanzar la postura perfecta ni compararte con la compañera de al lado, no es una competición sino un momento de autocuidado.
Se trata, sobre todo, de hacerlo lo mejor que puedas escuchando cómo responde tu cuerpo. No dudes en tomarte un descanso cuando lo necesites y simplemente respirar o quedarte en la posición del niño hasta que estés lista para continuar.
Beneficios del Hatha Yoga
Aunque muchas personas se adentran en el mundo del yoga atraídos por sus beneficios físicos, lo cierto es que una práctica constante te va a revelar muchos beneficios a nivel mental y espiritual. Esto último es lo que acaba siendo la mayor motivación a la hora de volver a la esterilla una y otra vez.
Aparte de los múltiples beneficios generales de la práctica de yoga (reducir el estrés, mejorar la capacidad de concentración y la calidad del sueño…), hay que sumarle las ventajas específicas que ofrece este estilo en concreto.
Los principales beneficios del Hatha Yoga son:
- Mejora de la condición física, incluyendo la resistencia, la fuerza y la flexibilidad. Al contrario de lo que muchos piensan, no hace falta ser flexible ni cumplir ningún otro tipo de requisito físico para empezar en el yoga. Es con la práctica que vas a trabajar lo que tu cuerpo necesita en el punto en el que te encuentras, ya sea más flexibilidad, unos músculos más tonificados, más fuerza en la espalda, etc.
- Mejora el equilibrio, con un mayor control sobre el propio cuerpo. Además, con el tiempo verás que el control del cuerpo va muy ligado al control de la mente, que es uno de los objetivos principales del yoga.
- Disminuye la ansiedad, de la fatiga y del estrés, lo que resulta en una mejora de la calidad de vida en general. Sin duda, el equilibrio que nos aporta la práctica se traduce no solo en un bienestar físico sino también emocional. Cada postura está ligada a beneficios a nivel corporal pero también a nivel de órganos y chakras, lo que resulta en un estado de armonía integral.
- Aumenta la función cerebral de forma inmediata. Seguro que si ya practicas yoga me vas a dar la razón: sales de la clase relajado pero a la vez más activo, más enfocado y con las ideas más claras. Es la magia de entrar en este estado meditativo que alcanzamos con el control de la respiración sincronizado con las posturas.
Nuestro profesor de Hatha Yoga: Tino

Hace unos años se distinguía entre buscadores y no buscadores. Hoy estamos ya tan cansados y hartas del viejo mundo que de alguna forma e incluso sin quererlo todos somos buscadores.
Sin saberlo siempre me he guiado por la llamada interna, esa que nace de una intuición sin mezcla. Esta llamada me ha llevado al arte y a la espiritualidad, esa que nace del sobrecogimiento ante la presencia del cielo y sus estrellas por la noche. El universo, el espacio, el tiempo, el nacimiento, la vida, la muerte… Todo eso lo he vivido a través de la literatura, la música, el teatro, el baile, la pintura y a través de prácticas o gimnasias espirituales como el yoga.
Otro foco básico de mi devoción es la terapia: gestalt, eneagrama de la personalidad, cinco ritmos, movimiento expresivo…
Y lo que me interesa en este punto de mi vida, cuando ya la tengo medio recorrida y puedo decir que he encontrado mi lugar y hasta que me he encontrado, es meter arte, terapia y yoga en la coctelera y servirlo bien batidito y mezcladito. Creo que tengo la experiencia y el conocimiento necesarios para hacerlo. La práctica diaria del yoga kundalini está consolidando este proceso haciendo de la aptitud también una actitud.
Estoy muy contento de formar parte del equipo de Espacio Kalamana. Al poquito de entrar en el centro por primera vez me dije: “Aquí ni sobra ni falta nada”. Esto de poder mirar dentro de mí y decirme: “Está bien como está. Así es la rosa. Ni sobra ni falta nada”, es lo que siempre he querido para mí y lo que quiero ofrecer a los demás a través del yoga, los cinco ritmos, el teatro… en este centro. ¡Ah!, y una vez establecidas en la conciencia, entregarse al disfrute. No en vano las puertas del cielo sólo se abren a quienes, además, son capaces de la alegría.