Nuestra mente es tan universal como salvaje. Todos tenemos una, pero rara vez elegimos en qué piensa, cómo se siente o a qué atiende. Un manojo de malos hábitos la controla y, con demasiada frecuencia, sus caprichosos disparates dictan cómo vivimos. O, al menos, eso es lo que ocurre hasta que empezamos a meditar.
La meditación es un entrenamiento, pero mental. Y dista mucho de “poner la mente en blanco”. Al contrario, al meditar hacemos algo mucho más práctico: desarrollar cualidades como la atención plena, la compasión y el optimismo; y gestionar dificultades como el estrés, la ansiedad y los pensamientos obsesivos
Si nos entrenarnos con la suficiente frecuencia, estas capacidades dejan de ser eventos mentales pasajeros y se conviertan en nuevos hábitos. Es como hacer pesas, salvo que el músculo es el cerebro y la mancuerna, la técnica que practiquemos.
La meditación sirve para desarrollar la compasión y el optimismo; y gestionar dificultades como el estrés, la ansiedad y los pensamientos obsesivos
¿Te gustaría experimentar estos beneficios por ti misma e incorporar una rutina de meditación en tu día a día? El próximo jueves 9 de febrero a las 18h tenemos un Taller de Iniciación a la Meditación en el que, a través de herramientas fáciles y meditaciones sencillas, te proponemos aprender un nuevo hábito que tiene el propósito de mejorar la calidad de tu vida y ayudarte a avanzar en tu crecimiento personal.
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