Nataraja es la energía del baile. Es bailar como una meditación en la que desaparecen todas las divisiones internas y lo queda es una conciencia sutil y relajada.
“Olvida al que danza, al centro del ego; vuélvete la danza. Ésta es la meditación. Danza tan profundamente que olvides por completo que tú estás danzando y empieza a sentir que tú eres la danza. La división debe desaparecer; entonces esto se convierte en meditación.
Si hay división , entonces es un ejercicio: bueno, saludable, pero no se puede decir que sea espiritual. Es solamente una simple danza. La danza es buena en sí misma: Es buena hasta donde llegue. Finalizada ésta, te sentirás fresco, joven. Pero esto todavía no es meditación. El que danza debe irse, hasta que sólo la danza permanezca…. No te quedes fuera,no seas un observador. ¡Participa!
Y sé juguetón. Recuerda que la palabra juguetón, siempre, conmigo es muy básica.
La danza es una de las meditaciones más profundas posible, porque, simplemente, cuando la danza llega a un clímax, el danzarín desaparece. Solamente queda la danza; no hay nadie danzando.
Y entonces se da una atención que no es de la mente, y tampoco del ego. De hecho, esa atención no se puede practicar, algo más se tiene que hacer a manera de preparación, y esa atención te llega. Simplemente tienes que estar receptivo a ella”.
-OSHO
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